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Alcanzó el espacio dos veces en 6 días:
(4 Octubre 2004 Spacedaily - CA) La SpaceShipOne (SS1) la primera nave espacial tripulada del mundo completamente recuperable, de la empresa Scaled Composites, realizó exitosamente hoy lunes su segundo vuelo destinado a obtener el Premio Ansari X, de 10 millones de dólares a la primera empresa que vuele al espacio dos veces en el plazo de 2 semanas, con tres tripulantes a bordo o uno y su equivalente en peso, antes del 1 de Enero del 2005.
Piloteada esta vez por el veterano piloto de pruebas Brian Binnie, la nave fue lanzada a la historia de la conquista del espacio, subiendo más allá de los 100 kilómetros de altura, considerados como la frontera del espacio, consiguiendo a la vez el ansiado premio para su diseñador Burt Rutan y el financista Paul Allen, socio de Rutan en la empresa Mojave Aerospace Ventures organizadora del evento, que bombeó 20 millones de dólares para que Rutan pudiese terminar de construir su nave a tiempo como para obtener el premio.
En lugar de tres pasajeros la SS1 llevó en total los 270 kilos exigidos, formados por el piloto, equipo de documentación de video y efectos personales seleccionados por el equipo de Rutan en Scaled Composites, y de la fundación del X Prize, incluyendo la regla de cálculo que usó Rutan en la Universidad y un oso de peluche que será rematado con fines de beneficencia.
Como parte del lastre, del vuelo anterior iban las cenizas de la madre de Burt Rutan, el visionario diseñador del SpaceshipOne y propietario de Scaled Composites.
”Fue muy emocionante, muy emocionante” dijo Binnie después del vuelo parado frente a la SS1 en la pista del Espaciopuerto de Mojave. “Doy gracias a Dios por vivir en un país donde esto es posible”.
La nave, llevada hasta los 16.000 metros de altura adherida al vientre del avión nodriza White Knight, otro de los innovadores diseños de Rutan, fue liberada a las 11:49 Hora de Chile, Perú y Bolivia. La SS1 cayó por unos 6 segundos para alejarse del White Knight y encendió sus motores cohetes para iniciar el histórico vuelo espacial suborbital en una trayectoria casi vertical.
A diferencia del vuelo de la semana pasada, donde el piloto Mike Melville hubo de cortar los motores 11 segundos antes de lo programado luego que la nave iniciara un inesperado roll en su eje de desplazamiento, esta vez conducida por una mano diferente, la nave permaneció estable durante toda la subida, alcanzando los 112.000 metros de altura antes de comenzar su caída de regreso a la pista. La SS1 estableció además un nuevo récord de altura para un avión tripulado, el anterior, con 108.000 metros lo había conseguido el piloto Joe Walker en 1963, volando un X-15.
"Es difícil de describir," dijo Binnie a los reporteros. "Es una experiencia fantástica que culmina cuando el motor se apaga y ya no eres impulsado, hay oscuridad fuera de las ventanas que es contrastada con el color perla brillante del área de California… Es una vista fantástica, es una sensación fantástica. Hay libertad y una sensación de encantamiento, que les aseguro todos necesitan experimentar".
Justo antes de alcanzar el punto más alto de la trayectoria de hoy, Binnie, de 51 años, giró o "emplumó" el ala principal del SpaceShipOne hacia arriba, de modo de producir un máximo de frenado aerodinámico en la reentrada. El avión emplumado, otro de los inventos de Rutan, hacen que el avión-cohete con su vientre hacia abajo tome una configuración similar a la de una plumilla de bádminton, que siempre cae de la misma forma.
Luego de disfrutar de tres minutos y medio sin peso en la cumbre de su trayectoria balística, Binnie tuvo que soportar más de 5 “Gs” (5 veces la aceleración de gravedad de 9,8 m/seg2) a medida que la nave era acelerada hacia la densa atmósfera.
El trofeo del Premio X y un cheque por 10 millones de dólares serán entregados a Rutan y Allen en una ceremonia que se realizará en Saint Louis el 6 de Noviembre.
Los organizadores confirmaron también que en el vuelo del Miércoles pasado la SS1, piloteada por Mike Melvill alcanzó exitosamente la meta prevista, de 103 kilómetros de altura. Durante el vuelo, el piloto provocó inadvertidamente dos docenas de inesperados rolls de la nave y cortó 11 segundos antes de lo previsto el funcionamiento de los motores, alcanzando así la meta con muy poco margen. Aun así se consideró que el vuelo fue “perfecto”
A pesar que en la oportunidad los organizadores dieron por lograda la meta minutos tras el vuelo, la confirmación oficial de la altura alcanzada tardó dos días en llegar
La NASA considera que el espacio comienza a los 100 kilómetros de altura y da las alas de astronauta a quienes superen esa altura
Estos vuelos han incrementado el interés de algunos inversionistas en ofrecer vuelos suborbitales al público en general, iniciando la era del turismo espacial
Si bien no es fácil, alcanzar esa altura es mucho menos complicado que entrar en órbita alrededor del planeta. El 29 de Septiembre pasado la SS1 alcanzó los 103 Km. de altura impulsándose por poco más de un minuto hasta los 4.170,6 kilómetros por hora (3,5 Mach o 3,5 veces la velocidad del sonido en la atmósfera) para luego con sólo la inercia alcanzar la altura deseada, mientras que las naves orbitales deben alcanzar 6,7 veces más velocidad para quedar girando alrededor de la Tierra
La máxima dificultad para los vuelos orbitales es el regreso a la Tierra, ya que deben disminuir esa velocidad utilizando la misma atmósfera como freno, generando altas temperaturas y tensiones en su estructura.
Esto no es problema para la nave de Rutan, un avión cohete de configuración variable, que alcanza el espacio como un cohete pero que desciende como una "plumilla de bádminton", que "baja lento y nunca cambia de posición", según explicó su creador. Ya cerca de la superficie, es modificado otra vez, esta vez a la configuración de avión, que le permite terminar de descender planeando en espiral hasta la pista de aterrizaje.
El gran mérito de la nave diseñada por Rutan es que es completamente recuperable, y queda lista para el próximo vuelo poco después de su aterrizaje, a diferencia de los grandes y costosos cohetes desechables de los programas espaciales.
Como de costumbre Rutan aprovechó la oportunidad de lanzar pullas a la NASA, a la que se refiere como "esa otra agencia espacial".
"Francamente, pienso que los grandotes, los Boeings, los Lockheeds, los siempre negativos de Houston, creen probablemente que somos un lote de constructores de casas que hicimos un cohete…, pero si vieran como hicimos este vuelo y cómo desarrollamos las capacidades de esta nave, demostrando su seguridad, pienso que se deben estar mirando unos a otros diciendo, 'Estamos fritos'".
Se refiere sin duda a los miles de millones de dólares que reciben esas compañías del gobierno, para construir costosas naves espaciales. Rutan se ha quejado siempre de las grandes y costosas dificultades que pone la burocracia gubernamental a este tipo de emprendimientos.
De todos modos el Administrador de la NASA, Sean O'Keefe, presente en Mojave, felicitó directamente al equipo de la SpaceShipOne, en este tercer vuelo de una nave espacial privada. "Les deseamos al equipo de la SpaceShipOne muchos más éxitos y vuelos seguros", añadió.
Desde la Estación Espacial Internacional, ubicada a 368 Km. de altura, los orbinautas de la Expedición 9, formada por Mike Fincke de NASA y su comandante, el ruso Gennady Padalka, se dieron cuenta que esta mañana se les había unido por algunos minutos en el espacio el piloto de la SpaceShipOne Brian Binnie. De inmediato les enviaron el siguiente mensaje: "Gennady, Yo y el equipo de la Estación Espacial Internacional, los felicitamos por el trabajo bien hecho y estamos muy contentos que el SpaceShipOne regresó a casa a salvo", dijo Fincke.
En los mensajes se puede apreciar la preocupación de la NASA por la seguridad de estos viajes pioneros.
Significativo es el hecho que el nuevo vuelo de esta pionera nave espacial, fue logrado en el 47 aniversario del lanzamiento del Sputnik I por la Unión Soviética, hecho que dio la partida de la carrera espacial entre EEUU y la URSS.